16 de diciembre
Miércoles III de adviento
Is 45, 6-8.21-25 Yo soy el Señor y no hay otro
Pareciera todo lo contrario. Que siempre hay otro señor, otro dios. Que nos movemos en lo que no es, que marchamos sin consistencia hacia lo que no tiene ni principio ni fin. Nos apartamos de ti, Señor. Por eso nos recuerdas, con paciencia infinita, que solo tú eres Dios, que eres justo y salvador, que no hay ninguno más. Y nos invitas a volvernos hacia ti, a recibirte en navidad.