2 de marzo
Martes II cuaresma
Mt 23, 1-12 Vosotros no os dejéis llamar maestro
Porque uno solo es el maestro. Tú, Señor. Todo en referencia a ti. Todo en ti. Unidos a tu destino. Herido y humillado. Tan desfigurado que no parecía hombre. Varón de dolores. Cristo pobre, lleno de oprobios, estimado por vano y loco en este mundo. ¿A dónde voy deseando lo que me aparta de tu cruz? ¿Dónde voy queriendo ser tenido por maestro, padre o consejero? ¿a dónde voy lejos de ti?
Uno solo es vuestro Maestro; uno solo es vuestro Padre; uno solo es vuestro Doctor.
¡Gracias Señor por darnos las pautas de vida!
Nos pides coherencia en nuestro hablar y actuar.
No invitas a tenerte como lo grande que eres para el hombre;
Maestro, el mejor.
Padre, único incomparable.
Doctor,tú no te equivocas en nuestra sanación.
¡¡Gracias por amarnos tanto Señor!! Josefa
Uno solo es vuestro Maestro; uno solo es vuestro Padre; uno solo es vuestro Doctor.
Gracias Señor por darnos las pautas de vida.
Nos pides coherencia en nuestro hablar y actuar.
No invitas a tenerte confianza plena:
Maestro, el mejor.
Padre, único incomparable.
Doctor,tú no te equivocas en nuestra sanación.
¡¡Gracias por amarnos tanto Señor!! Josefa