18 de febrero
Lunes I de cuaresma
Levítico 19, 1-2.11-18 No robarás, ni defraudarás ni engañarás a ninguno del pueblo
Inmersos en un proceso de descrédito de la clase política, de los poderosos, en España ( y también en otros países) estamos gimiendo y llorando porque los dedicados a lo público, al bien común, solo buscan sus intereses egoístas. No hay posibilidad de regeneración si no volvemos los ojos hacia Ti, Señor, y al tiempo que reconocemos nuestro pecado y nos abrimos a tu misericordia, nos comprometemos a llevar una vida sobria, honrada y religiosa. No hay posibilidad de regeneración si creemos que en uno mismo, en sus gustos y disgustos, en sus pequeñas verdades, encuentra su salvación. Líbranos del engaño, Señor.
Cuando se intenta quitar a Dios de la vida, suceden éstas cosas, no hay moral, se usurpa lo que no nos corresponde, no importa el sufrimiento de los demás, pasamos de largo ante la miseria.
Creo que cuando Dios nos recoja, nos mirará las manos, y también el corazón apegado a tanta necedad. ¡¡Vivimos un tiempo nefasto, todo vale!! Pero Dios no nos quiere así, nos pedirá cuentas a todos.