29 de octubre
Lunes XXX
Ef 4,32-5,8 De la fornicación, la impureza, indecencia o afán de dinero, ni hablar; es impropio de los santos.
Tú me llamas a la santidad. Mi vida es una respuesta a tu llamada. Por eso, Señor, ten misericordia de mí, que soy un pecador. Me duele el corazón por tanta fragilidad tú bien la conoces. Sé que tú, cada día, me recreas en tu amor.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
Lee todas las entradas de Nano SM
Si somos luz ¿de dónde salen las tinieblas?
Ef 4 32-5, 8