Mi carne

17 de octubre
Miércoles XXVIII

Ga 5, 18-25 Las obras de la carne son conocidas

Bien conoces las obras de mi carne. Carne que es tierra reseca, agostada, sin agua, cuando no la riega el caudal de tu Espíritu. La carne de mi yo que se quiere reafirmar, sediento de crecer, de autonomía, referencial. Y también la sed de tu Espíritu me hace ser en tu amor, en tu alegría, en tu paz, que me transforma y me hace paciente, bondadoso, leal, modesto, con dominio de mí. Solo cuando en mi carne entra el vendaval de tu Espíritu, y te encarnas en mi ser tuyo, transformas mi ser en alabanza de tu gloria.

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.