4 de septiembre
Miércoles XXII
Lc 4, 38-44 Tú eres el Hijo de Dios
Lo digo desde tu gracia y tu paz. Lo digo desde la esperanza en que me haces vivir. Lo digo como verde olivo, en tu casa. Lo digo porque tú eres bueno, y la fuente de la vida. Lo digo con fe, bañado en tu amor que pone tu palabra en mi boa y me hace proclamar tus alabanzas. Lo digo y te adoro. Tú eres el Hijo de Dios, el Mesías, El Señor.
Te miro
me miras
y todo se detiene
El Don de la fe que me has dado, me ayuda a proclamar con plena confianza. Tú eres el Hijo de Dios, el Mesías, El Señor.