12 de septiembre
Dulce nombre de María
Col 3, 12-17 Como elegidos de Dios
Hoy celebramos la fiesta patronal de la Compañía de María, y esta primera lectura la transformo en oración ante ti, Señor, que nos has llamado a recibir a María como madre y a acogerla en nuestra casa. Que nosotros, los religiosos marianistas, nos revistamos de tu misericordia entrañable, de tu bondad, de tu humildad, de tu dulzura, de tu comprensión. Que nos sobrellevemos mutuamente y nos perdonemos. Que el amor sea el ceñidor de nuestra unidad. Que tu paz, Cristo amado, actúe de árbitro en nuestro corazón. Que seamos agradecidos, pues de ti viene todo don.
Despójame de mi mismo
para entrar en tu danza,
en el juego de tu amor
en tu risa, en mi dolor.
Desata mi ira,
hazme viento impetuoso
que descuaje la raíz de mi ser.
Piérdeme en ti hasta que no te encuentre.
¡¡Dulce nombre de María!! La más bella de las advocaciones, por ser la Madre del Redentor.
María, asiste a tus hijos que se ponen bajo tu divina maternidad, que confían sus vidas a la entrega de Cristo. Bendice a todos los que confiamos en ti.
Entre tú y yo, la poesía
entre la poesía y tú, la música
entre la música y la poesía, el silencio