30 de julio
Miércoles XVII
Jr 15, 10.16-21 Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba
Acoger, Señor. Dejar que su música haga danzar mi vida. Disfrutar con su sonido sonoro y silencioso. Alimentarme de ella. Rumiarla. Guardarla en mis entrañas para dar a luz la luz de tu Palabra. Disfrutar en lo más profundo del lenguaje sin palabras que sostiene lo que comunicas en tu Palabra. Tu Palabra, Jesús, es mi gozo y la alegría de mi corazón.