7 de noviembre
Miércoles XXXI
Rm 13, 8-10 A nadie le debáis nada, más que amor
Me he quedado enganchado en esta frase de San Pablo , que por otra parte, no recordaba. Me pregunto, Señor, sobre la deuda de amor en mi vida. A ti te debo amor, pues solo tú me arrullas y acunas, me sostienes en tu amor generoso. A mis padres les debo el amor que me ha dado la vida; a algunos amigos y amigas que me aman les debo amor. ¿Cómo pagar tanto bien que me hacéis? Con amor. Sígueme amando para que pueda amar como tú, Señor. Y hacerlo de forma gratuita, a los que no me aman, a los más necesitados.
Tres versículos, tres frases de San Pablo en las que solo se nos invita a AMAR.
Señor, yo te quiero amar como Tú me amas. Tú me amaste primero, y yo «¿como puedo pagar tanto bien que me haces?». solo amando a los que me rodean con tu mismo amor. En ese amor que yo reparta, te conocerán a tí, en mi sonrisa te verán a ti, en mis palabras te oirán a ti. Será la manera de no estar en dueda con nadie, ni contigo, solo amando. Será la manera de agradecer tu amor y tu entrega por mí, que valgo tan poco. Gracias Señor.
queridos todos en Jesucristo.
Amor me cobijas, me llenas…
Amor me llamas, y me enamoras.
Amor me mandas llevar al mundo…
Sin queja, sin salario y en lo profundo,
Orar por extraños, enemigos y el hermano.
Agradezco el amor que me has dado
Un bien que quieres que multiplique.
Pues dices, el que no ama a su hermano
A quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios,
A quien no ha visto?
El versículo me deja también a mí «enganchado».
Todo un regalo traerlo de nuevo al corazón.
Gracias.