9 de abril
Viernes octava de pascua
Lc 21, 1-14 Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua
Eres tú, Señor, el que me visitas en mi desnudez, en mi fragilidad, en mi vulnerabilidad cotidiana. El que te encuentras conmigo en el quehacer diario y me invitas a almorzar. Se que eres tú. Y te sigues apareciendo, aunque ya no estás.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
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