8 de noviembre
XXXII Domingo
IRe 17,10-16 No tengo ni pan…luego moriremos
La viuda de Sarepta, Señor. Apenas un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Dispuesta a compartir con el que llega, sin importarle de dónde. Y nosotros, en la abundancia muchos de los que nos dirigimos a ti, la mayoría con un buen pasar, ¿qué compartimos con el necesitado, con el pobre, con el refugiado, con el inmigrante? En un mundo donde tanta gente pasa hambre…¿a qué renunciamos para que otros coman más y no mueran por nuestra falta de solidaridad? Señor, ten piedad. Kyrie eleison.
Hoy algo que tengo claro, más aún después de meditar la Palabra.
Que Dios me pide que me done yo en todas mis acciones.
Las personas, no sólo necesitan pan, necesitan sentirse vivas y queridas.
Intento colaborar día a día.¡¡Ayúdame Señor!!
La última en escuchar
La última en hablar
La última al caminar…
y la primera en marchar