29 de enero
Martes III
2 S 6, 12ss David iba danzando ante el Señor con todo entusiasmo
Para ti es mi música, Señor. Para ti me hago música y danza, mi cuerpo se transforma todo él en alabanza, adoración, gratuidad, ritmo, éxtasis. Para ti, por ti, salgo de mí mismo y me olvido de mis límites y me hago horizonte eterno, y me fundo con le baile de tu creación, señor y dador de vida. Bailo para ti, en el silencio de mi corazón y ante los hombres y mujeres que se admiran, pues todo yo quiere ser música de acción de gracias, por la alianza que estableces con nosotros.