9 de julio
Sábado XIV
Mt 10, 24-33 No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma
Sin miedo. Confiando en tu providencia. Dando gracias y bendiciendo tu nombre. Aquí estoy para ti, Señor. Dispón de mí. Me llamas y acepto acercarme a ti. Deseo verte, contemplarte, adorarte. Deseo ir y proclamar que eres un Dios cercano, que estás en este lugar, que te desvelas a los sencillos. Gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra.
Hoy me siento más animada, a esa relación filial contigo Señor.
Como hija, me pongo bajo tu protección, con ella nada ni nadie me dañará.
Yo, confió en tu amor misericordioso, que me das fuerzas y me ayudas a escalar.
«La tierra entera está gimiendo con dolores de parto»
Tras el dolor vendrá la alegría, tras el grano germinado brotará el amor. Ver y entender, oir y aprender. Nacer, crecer y vivir en tu Espíritu por toda la eternidad.
La tierra entera llora, nosotros gemimos y nos desesperamos en el dolor de ver tu obra maltratada, pero entre lo tú siembras, siempre habrá una espiga que mecida por el viento nos recuerde tu presencia.
Thank you, Nano
Agracezco tus comentarios de todos los días.
Carlos