4 de junio
Inmaculado corazón de María
Lc 2, 41-51 Su madre conservaba todas estas cosas en su corazón
En tu cuerpo, tu corazón. Tu sangre, vertida. En tu cuerpo mi corazón. Uno en ti, como el Padre y tú sois uno. Introducido en la intimidad de tu amor. Por puro don tuyo, salvado. Entrañado. En el seno de María carne tuya. Proclama mi alma la grandeza del Señor.

Madre, eres la Maestra perfecta, que nos conduces a tú Hijo.
Gracias por tú FIAT, ayúdanos a continuar el camino hacía Dios.