16 de octubre
Miércoles XXVIII
Rm 2, 1-11 Con la dureza de tu corazón
Resalta esta frase en medio de la primera lectura de hoy. La dureza de mi corazón, de un corazón de piedra, de un corazón orgulloso y altanero, de un corazón que juzga, de un corazón que se blinda y se cierra a los más necesitados, de un corazón que no es según tu corazón de padre, entrañable, amante, lleno de bondad, de ternura misericordia. Ayúdame, Señor, a vivir desde tu sagrado corazón.
Tanta claridad en la noche
deslumbra mis ojos.
En tu luz tu luz no veo.
Ciego en tu claridad
ya sin contornos
No estoy libre de tener mi corazón limpio, ya que muchas veces me adelanto en la crítica, me precipito en el juicio. Te pido perdón Señor. También a mis hermanos..
Y hablando de cargas insoportables:
“Franz-Peter Tebartz-van Elst, obispo de Limburg, mintió a la jerarquía, a las autoridades y a los creyentes para reconstruir el palacio obispal que, por el momento, tiene un coste superior a 30 millones de euros. Y ahora el rebaño católico alemán pide a gritos su renuncia. Junto a los impuestos sobre la renta habituales, estos ciudadanos destinan a la Iglesia adicionalmente el equivalente al 9% de su retención salarial, con lo que se estima que, de media, un católico paga anualmente a su Iglesia alrededor de 650 euros”
El País 16/10/2013