5 de noviembre
Lunes XXXI
Ef 2, 1-4 Si queréis darme el consuelo de Cristo…
Manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Danos tu Gracias para obrar estos deseos, Señor, y ponerlos en práctica real.
Ya sabemos que el que se ensalza será humillado.¡No tengo nada de que presumir!
Mi deseo es servir y ayudar a los demás, pero siempre por amor.
Gracias Nano, por interpelarnos con la Palabra
A lomos del cordero: tú me llevas, tú me conduces, tu la eterna suavidad.