12 de junio
Lunes X
II Corintios 1, 1-7 Nos consuela hasta el punto de poder consolar nosotros a los demás
Cierto es, padre de las misericordia, Dios de todo consuelo, que cambias el luto en danzas, que transformas el desierto en vergeles, los pedregales en manantiales de aguas, que haces fecundo el silencio, donde secretamente solo moras, y en tu aspirar sabroso, de bien y gloria lleno, me haces consuelo.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
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