17 de septiembre
Jueves XXIV
Tim 4, 12-16 No descuides el don que posees
Conciencia plena de recibir de ti don tras don, de ser bendecido, enriquecido. El tesoro de tu gracia, desbordada a manos llenas. Ti fidelidad es grande, Señor, bendito seas. Bendice alma mía al Señor y todo mi ser tu santo nombre, bendice alma mía al Señor y no olvides sus beneficios. En mi pobreza y mi debilidad, mantenme como cauce tuyo, por tu misericordia.
Dime dónde quedó nuestro tiempo
y los besos que nos dimos
Dime cuándo se evaporó el perfume
y el llanto por la ausencia
Dime cómo enamorar tu deseo