27 de octubre
Sábado XXIX
Lc 13, 1-9 Yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto.
No desistir, de entrada. Dar una nueva oportunidad a la higuera, a la persona que nos desespera, a la que no valoramos lo suficiente porque, a nuestro ojos, no realiza su cometido como debería, o no logra los objetivos propuestos…dar una nueva oportunidad en la que yo mismo me comprometo cavando alrededor, abonando y esperando, confiadamente, a que de fruto. Y el fruto vendrá, porque las personas cuidadas lo dan. Aunque no sea el que yo espero.
Al leer esta parábola, no sé, pero me he sentido higuera.
Cada día quiero dejarme cuidar por el viñador, por Dios mismo: Él cava alrededor para que mi corazón tenga espacios para recibir el abono de su palabra.
Luego solo queda el riego para después solo dar fruto. Y mientras agradezco al Señor su paciencia y sus cuidados para conmigo.
Si me siento viñador, solo pido saber cavar alrededor de cada persona, echar el estiércol de mi ejemplo, de mi vida y luego esperar el fruto. Con este trabajo bien hecho y paciencia todos seremos higueras sanas y fértiles.
Tremendo… gracias!!