Presentación de María

21 de noviembre
La presentación de la Virgen
Sal 118 ¡Qué dulce al paladar tu promesa!

La promesa de salvar a tu pueblo, que se hace inminente con el nacimiento de María; la promesa de ser un Dios que camina con nosotros, que entra en nuestra historia, que se hace presente en nuestros caminos. La promesa que se hace presente en la pobreza y la debilidad de una Virgen, a la que todas las generaciones llamarán dichosa, porque el poderoso derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!

La paz

20 de noviembre
Jueves XXXIII
Lc 19, 41-44 Si al menos comprendieras lo que conduce a la paz

Está claro tu reproche, Señor. No lo comprendemos, está escondido a nuestros ojos el camino que conduce a la paz. La Iglesia, el primer día de cada año, nos lo recuerda: la paz de pende de ti; la reconciliación, camino hacia la paz; si quieres paz defiende la vida; no a la violencia, sí a la paz; para lograr la paz, educa en la paz;  la verdad fuerza de la paz; si quieres la paz, respeta la libertad; la paz nace de un corazón nuevo; no hay paz sin justicia; desarrollo y solidaridad, caminos para la paz;  si quieres la paz sal al encuentro del pobre.
¿Cuál de estos lemas eliges tú?

Tenía miedo

19 de noviembre
Miércoles XXXIII

Lc 19, 11-28  Te tenía miedo, porque eres un hombre exigente

En la parábola de las onzas que el noble reparte entre sus empleados,  para que las negocien mientras está fuera, escuchamos esta frase en boca del que recibe una onza y no la ha puesto a producir. Te tenía miedo. El miedo que anula y que paraliza. El miedo que distancia y que esteriliza. El miedo que me aleja del amor. El miedo, Señor, que me separa de ti. “Por tu boca te condeno…” Que el amor venza al miedo en el día de hoy.

La mitad de mis bienes

18 de noviembre
Martes XXXIII

Lc 19, 1-10 La mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres.

Jesús pasa y Zaqueo, hombre rico y bajo de estatura, se encuentra mirado por él, y requerido para que le hospede en su casa. Esta atención, esta mirada ( con la que siempre me miras a mi también, Señor) hace que Zaqueo diga la frase que no hace falta comentar. La salvación ha llegado a esta casa, por eso comparto mi riqueza, Señor,  es la verdad  y el amor de tu mirada el que me mueve a obrar.

Pasa Jesús

17 de noviembre
Lunes XXXIII

Lc 18, 35-43 Pasa Jesús Nazareno

Esto es lo que le explican al ciego que está sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Necesitado de alimento. Necesitado de sentido. Necesitado de amor. Necesidades de tantos y hombres y mujeres de nuestro mundo, de nuestra sociedad, que están deseando que alguien les explique “Pasa Jesús Nazareno”.  Que alguien les alcance a mostrar la Pascua, el paso de Jesús en medio de las muerte de su vida.¿Quieres ser tú?

Manos abiertas

16 de noviembre
Domingo XXXIII

Pr 31, 10-13.19-20.30-31 Abre sus manos al necesitado…

 …y extiende el brazo al pobre. El libro de los Proverbios trae este elogio de la mujer. Y hoy, Señor, pones este elogio ante mis ojos, y en mi corazón, para invitarme a abrir mis manos al necesitado, a extender  mis brazos para acercarme a quien esté solo y desamparado, pobre, marginado, débil. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo responder a esta llamada, en un tiempo en que la crisis económica acecha con virulencia? Preguntas que quiero contestar ante Ti, Señor.

Orar

15 de noviembre
Sábado XXXII

Lc 18, 1-18 Para explicar cómo tenían que orar siempre, sin desanimarse…

Ponerse en oración ante ti, Señor, sin buscar nada, solo buscándote; sin esperar nada, sólo esperándote; sin querer sentir nada, solo sabiendo que tú me sabes con deseo de ti. Darte mi tiempo con gratuidad y con fidelidad, constante, sin interrupción. No anteponer nada a un espacio y un tiempo consagrado a ti, para poder amarte sobre todas las cosas y amar a mi prójimo como a mi mismo. Desprendido de mí. Y no desanimarme de mi propia incapacidad, sino poner todo en ti, sin dejar de ofrecerte todo lo que puedo entregarte de mí.

Vivían

14 de noviembre
Viernes XXII

Lc 17, 26-37 Comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían….

Vivían con la misma normalidad que lo hacemos nosotros y de pronto, sin que pudieran imaginarlo, llegó el fin y acabó con todos y se acabó  todo. Lectura con tintes apocalípticos, que ponen ante cada uno de nosotros la cotidianeidad de nuestra vida ante ti, Señor, que eres principio de todo, y también fin. Y el fin puede llegar cuando menos se espera y entonces…¿qué?

¿Cuándo?

13 de noviembre
Jueves XXXII

Lc 17, 20-25 Unos fariseos le preguntaban cuándo iba a llegar el Reino

¿Cuándo, Señor, va a llegar tu reino? También te lo pregunto yo, cuando me impaciencio, cuando quiero acelerar los procesos de la historia, cuando en mi ingenuidad o en mi pecado, que de todo hay, creo que el Reino se instaura por mi esfuerzo, y entonces me creo que soy como Tú, un dios. Por eso es bueno escuchar de nuevo tu Palabra: “mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros”.

Puro amor

12 de noviembre
Miércoles XXXII
Tt 3, 1-7 No por las obras de justicia que hayamos hecho, sino por puro amor nos ha salvado

Idea clave en Pablo que vuelves a poner delante de mis ojos Señor. No son mis méritos, ¿sinceramente creo que tengo alguno delante de Ti?, sino tu bondad y tu misericordia la que me justifican y me salvan. Puro don tuyo. Regalo del Espíritu Santo. Y como respuesta agradecida quiero vivir según la esperanza a la que he sido llamado: contemplar la luz de tu rostro, heredar la vida eterna. Manifestar a mi alrededor tanto bien como el que he recibido de Ti.