9 de enero
Viernes después de Epifanía
Jn 4, 1-11 A Dios nadie lo ha visto nunca
Quedeme y olvideme, el rostro recliné sobre el amado, cesó todo y dejeme, dejando mi cuidado, entre las azucenas olvidado. Si nos amamos unos a otros tú permaneces en nosotros, y tu amor llega a nosotros a su plenitud.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
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Para mí Dios es palpable en toda la creación, sobre todo en los seres humanos.
¡Que esa presencia divina, nos ayude a respetarnos y amarnos cada día más!
La soledad de Dios lo abarca todo