11 de diciembre
Domingo III de adviento
Is 61, 1-2a El Espíritu del Señor está sobre mí
Es la certeza, Señor, de que tu Espíritu me acompaña, me sostiene, me guía, me conduce, me penetra, me llena, me alcanza, me unge y me envía, unido a Ti, para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar a los corazones desgarrados, para proclamar tu año de Gracia. Tu Espíritu me mueve, en ti, para ir hacia los demás y contar las maravillas que haces en nosotros, en toda la tierra. Gracias.
Yo, siento una gratitud grande al Espíritu, sé que él siempre me guía, me ayuda a estar alegre y con la esperanza plena. Sé, que no es fácil la vida, que hay mucho que te impide avanzar, pero cuento con la fuerza de Él. ¡¡Gracias Señor, no nos dejaste solos!!
Yo solo pido poder ver el Espiritu para que pueda prepararme para celebrar su venida y celebrarla con el corazon tranquilo
Súbito rayo de luz, Espíritu volador instalado en lo más recóndito de nuestro ser, gozoso canto de alabanza en medio del dolor. Cuerpo limitado que nos cerca y nos acerca a esa realidad de vida ilimitada.
Pido que el espíritu del señor nos acompañe. Necesito hoy más que nunca tu guía en mi camino. Muéstrame tu luz, ilumina mis pasos y protege a mi familia.