24 de marzo
III domingo de cuaresma
Ex 3, 1-8.13-15 Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable
Tú, Señor, que ardes sin consumirte delante de mis ojos, que te manifiestas en lo más sencillo y cotidiano, que abres tu cuerpo para mi cada día, y te entregas, que te muestras en los acontecimientos de la vida diaria, en la historia de mi vida, de mi salvación. Tú eres el que eres y serás, y sostienes mi ser. Gracias.
Un solo rayo de luz es suficiente para ver todo el mal que me habita
Un momento de rendición basta para ver todo el bien que hay en mí
Si 17, 20-29
———————–
No querer nada
No buscar nada
No ser nada
No saber nada
No huir de nada
No callar nada
No decir nada
Mc 10, 28-31
————————–
Ser ceniza
y besar tu frente
Mt 6, 1-6.16-18 / miércoles de ceniza
——————
No es la cruz lo que me espanta si no ver cómo el mal avanza
Dt 30, 15-20 ; Lc 9, 22-25
—————————-
Levanta tu voz como trompeta
y denuncia a mi pueblo su rebeldía y sus pecados.
¿para qué protestamos si no lo ves
o nos mortificamos si no te enteras?
¿porque legisláis solo por interés
y os manifestáis entre litigios y pleitos,
repartiendo golpes de malas maneras?
Is 58, 1-9 / 8 de marzo
———————-
Bienaventuradas las que gritan y confían en el Señor porque de ellas es el Reino de los Cielos
Est 14, 1.3-5.12-14
————————
Hay flores que necesitan mucho estiércol para brillar
Lc 16, 19-31
—————————–