3 de septiembre
Lunes XXII
Lc 4, 16-30 El Espíritu del Señor está sobre mí
Dejo un espacio y un tiempo, en el día de hoy, para embobarme escuchándote leer el pasaje del profeta Isaías en la sinagoga de Nazaret, señor:” El espíritu del señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el evangelio a los pobres…para anunciar el año de gracia del Señor”. Hazme participar de tu don y tu misión. De hecho ya me haces participar, haz que responda generosamente a tu llamada.
Haz que responda siempre a la voz del Espíritu, que me deje impregnar de tú Palabra, que la viva plenamente.
Consciente de mis limitaciones, me asombra tu magnanimidad. Y cuando acudo a Ti y percibo tu presencia unos instantes de paz y plenitud viven en mí.
Espíritu que salta dentro de lo cotidiano, que paraliza, envuelve y transporta fuera del espacio.
Sigiloso, potente, suave y generoso.
Que me acuna en sus brazos
y me despierta a un mundo de realidad dormida