9 de septiembre
Domingo XXIII
Lc 14, 25-33 Si alguno se viene conmigo y no pospone…
Terminar esta frase, poniendo sinceramente, ante Dios, nuestro deseo de seguir a Jesús, que nos llama, cada día, a seguirle sin reservas, con todo nuestro ser. Pero cada uno sabemos, ¿bien?, qué necesitamos renunciar para estar más libres para Jesús. El evangelio nos da la clave: renunciar a sí mismo. Cada uno, con la ayuda de Dios, lo tratamos de aplicarlo a nuestra vida.