Bienaventurados

10 de junio
Lunes X

Mt 5, 1-12 Bienaventurados

Seamos bienaventurados, pobres de espíritu para recibir como don el reino de los cielos; seamos mansos para heredar la tierra; misericordiosos para recibir misericordia; limpios de corazón, para ver a Dios. Trabajemos con hambre y sed de justicia, para quedar saciados. Trabajemos por la paz, para ser llamados hijos de Dios. Y cuando lloremos, por no vivir el espíritu de las bienaventuranzas, que alcancemos el consuelo de un Padre bueno que nos acepta en nuestra limitación.

Tu gracia

9 de junio
Domingo X

II corintios 4,13-5,1 Cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento

Seamos cauce de la gracia de Dios. Que nuestra vida sea un cangilón para los que se sienten solo y abandonados, marginados, explotados, deprimidos, descartados, enfermos, heridos, reciban el don de Dios, su amor, fuerza, su paz y su perdón, su gran misericordia. Seamos sanadores, pongamos en los aprietos de la humanidad anchuras. Para que sea grande el agradecimiento.

Corazón de María

8 de junio
Inmaculado corazón de María

Lc 2, 41-51 María conservaba todo esto en su corazón

Corazón de madre que está presente, disponible, atenta. Corazón de madre que no comprende pero que acoge, y acompaña. Corazón de madre que permanece en pie junto a la cruz del dolor. Corazón de Madre que al inicio de la historia encaró el Espíritu, que al final de su vida lo recibe como un don precioso, junto a la comunidad. El corazón de María.

Sagrado corazón

7 de junio
Sagrado Corazón de Jesús
Ef 3, 8-12.14-19 Que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento

Y lo será en la medida que tú habites por la fe en nuestros corazones, unidos a tu corazón, que recibe de él la fuente del amor hermoso. Que logremos abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo del amor que nos tienes, para que podamos llegar a la plenitud en el amor que nos ofreces.

Fidelidad

6 de junio
Jueves IX

II Timoteo 2, 8-15 Si somos infieles él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo

Esta es la realidad que nos muestra tu Palabra: tu fidelidad es grande, tu fidelidad incomparable es, nadie como tú, bendito Dios, grande es tu fidelidad.

Misericordia y paz

5 de junio
Miércoles IX

II Timoteo 1, 1-3.6-12 Gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús.

Es el mejor deseo, y el mejor saludo, que podemos dar en tu nombre. Gracia, misericordia y paz para todos los que leéis estas líneas, y hacéis vuestra la oración.

En paz

4 de junio
Martes IX

II Pedro 3, 12-15.17-18 Procurad que Dios os encuentre en paz con él

Por eso te pido cada día, Señor, que no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y que conforme a tu Palaba nos des la paz y la unidad. Para que ambas hagan de mi vida una confiada espera del don de tu misericordia, para toda la eternidad.

En la tribulación

3 de junio
Lunes IX

Salmo 90 Con él estaré en la tribulación

En nombre de tantas personas que viven en la tribulación permanente, especialmente de los enfermos crónicos, de los que padecen los horrores de la guerra genocida, los palestinos de Gaza, los que viven cualquiera de las guerras que asolan nuestro mundo, o sufren el terrorismo, la violencia, la marginación…presto mi voz a su voz herida y te digo, refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti.

Tu bien

2 de junio
Corpus Christi

Salmo 115 ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?

Participar cada día en la eucaristía; celebrar la cena pascual en memoria tuya; unirme a la entrega de tu cuerpo y de tu sangre; comulgar contigo que me haces tuyo. Por eso, Señor, cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo; por eso, Señor, te ofrezco a hora mismo un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre. Gracias, Señor, porque estás siempre con nosotros y alimentas nuestra vida.

Tu don

1 de junio
Sábado VIII

Salmo 62 Tu gracia vale más que la vida

Es la frase que me tatuaría en un brazo, y que me gustaría llevar grabada en lo más íntimo de mi corazón, tu gracia, tu don, tu amor, vale más que la vida, pues ¿qué es mi vida sino el más puro don? Estoy sediento de ti, mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. Toda mi vida te bendeciré, y mis labios te alabarán jubilosos.