Lucho contigo

9 de julio
Martes XIV

Gn 32,23-33 Suéltame, que llega la aurora

¿Y tú me pides que te suelte cuando lo que quiero es que tú me agarres y no me dejes solo, que me perdería? En cualquier caso, bendíceme, Señor, el que eres vida mía, pues te he visto y sigo vivo, con la vida que procede de ti. En tus manos estoy.