Pastor patagónico

7 de mayo
IV domingo de Pascua

Salmo 22 El Señor es mi pastor, nada me falta

Tú eres el buen pastor de mi vida, por eso nada me falta. Todo lo pones en mi mano, el pasto, el agua, las verdes praderas donde me haces recostar, las fuentes tranquilas, los horizontes patagónicos, donde todo es nada y nada es todo, porque tú vas conmigo. Inmensidad, tu vara y tu cayado me sostienen en cualquier lugar, nada me falta, tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, en cualquier circunstancia.