24 de diciembre
Lc 1, 67-79 Bendito sea el Señor
Mientras te espero, en el silencio de la tierra, entre cánticos de júbilo y algazara, voy desgranando las palabas del benedictus, santo, santo, santo eres Señor, te espero, gloria a ti, aleluya, bendito seas, señor, porque has visitado y redimido a tu pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación. Realizas una vez más la misericordia que tuviste con nuestros padres. Una vez más nos visita, por tu gran misericordia, el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.