19 de octubre
Miércoles XXIX
Ef 3, 2-12 …la riqueza insondable de Cristo
Cuando me pongo ante ti, abandonando mi ser en tus manos, rendido mi corazón, pierdo mi pobreza en tu riqueza, desaparezco en tu gloria. Al más insignificante de los hombres le das acceso a tus maravillas, por el don de la fe. Gracias.