Domingo 3 de abril
II domingo de Pascua
Jn 20, 19-31 Y dicho esto exhaló su aliento sobre ellos
Tu aliento divino, tu aliento humano, el aliento de tu vida entregada serenando el universo, en esta mañana de pascua prolongada, la luz extendida sobre el universo, con la delicadeza de su brisa suave, el aliento de tu boca creadora, restauradora, redentora, el aliento de tu espíritu que nos transmite tu paz, que nos deja tu paz, que nos llena de la sencilla e inmensa alegría de tu resurrección, que nos da vida.