26 de junio
Viernes XII
Mt 8, 1-4 Si quieres puedes limpiarme
Una vez más me dirijo a ti y te digo, Señor, si quieres puedes limpiarme. Lo digo con fe, con confianza, sabiendo que en mi lepra está mi debilidad, para que solo tú me hagas fuerte. No digo nada más que esta oración, tantas veces repetida, siempre desde la fe y la confianza: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Límpiame, por tu misericordia dame vida.
