Testigos

19 de abril
III domingo de Pascua

Lc 24, 35-48 Vosotros sois testigos de esto.

Soy testigo de tu resurrección, la dicha no me deja hablar, y sin embargo de lo que está lleno el corazón habla la boca, por eso canto la alabanza del Dios de mi vida. Soy testigo de que me haces renacer, cada día, en la dicha escondida de tu paz. Aunque no te sienta, aunque no te vea, ahí estás, ofreciéndome tu vida para que te ofrezca la mía y sea testigo tuyo hasta los confines del mundo.

04.19