Mes: febrero 2010

18 de febrero
Jueves después de ceniza
Lc 9, 22-25 El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo

Solo desde tu amor y tu misericordia,  solo con la mirada entrañable con la que me miras, puedo acercarme a estas palabras. Negarme para afirmarme en ti; negarme para liberarme de todo lo que me ata y me impide volar hacia ti, que vienes a alcanzarme. Confiar en tu palabra: el que quiera salvar su vida la perderá, por el que pierda la vida por mi causa la salvará. Vida y muerte. En Ti.

 

17 de febrero
Miércoles de ceniza

Joel 2, 12-18  Ahora convertíos a mí de todo corazón

Esta frase es la primera que tu Palabra nos brinda en la eucaristía de hoy. Ahora es el tiempo de gracia y reconciliación. Ahora, aquí, en mis circunstancias concretas, sean las que sean, me estás pidiendo que me vuelva a ti con todo el corazón, con toda la mente, con todas las fuerzas, que te ama sobre todas las cosas, que ame a mi prójimo como a mí mismo. Que me vuelva a ti y en ti viva desviviéndome.

16 de febrero
Martes VI

St 1, 12-18  A cada uno le viene la tentación…

…cuando su propio deseo lo arrastra y seduce; el deseo concibe y da a luz el pecado, y el pecado cuando se comete engendra muerte. Mis queridos hermanos, no os engañéis.

No me dejes caer, Señor, en tentación. Pues me arrastra. Ni en el engaño de mi propio pecado. Hazme consciente de tu misericordia, de que necesito tu perdón. Es mi oración hoy, tan a las puertas de la cuaresma.

15 de febrero
Lunes VI
St 1, 1-11 Al ponerse a prueba vuestra fe os dará constancia

Palabras, Señor, que me traen tu Palabra hoy. Teneos por muy dichosos cuando os veáis asediados por toda clase de pruebas. Palabras que me no me atraen, que me duelen de solo pensarlas. Palabra en la que confío. La prueba da constancia, la constancia mantenida me hace entrar en otra dimensión, donde estás tú ofreciéndome la dicha, la corona de vida. Auméntame la fe.

14 de febrero
Domingo VI

1 Co 15, 12.16-20 Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó

Sin embargo, Señor, nuestra fe dice que has resucitado. En nuestro mundo está desapareciendo la conciencia de que vamos a morir, queremos eternizarnos, sin Ti, que eres la vida eterna.  Paradójico.  La muerte está presente en la realidad lejana (televisión , películas…) y la alejamos de nuestra realidad. Estamos alejando la esperanza  de la resurrección. Ya nos ves, Señor, tan confundidos. Ábrenos tú a la realidad de tu misterio pascual en nuestras vidas.

13 de febrero
Sábado V
Mc 8, 1-10 ¿Cuántos panes tenéis?

Ser discípulo tuyo, Señor. Entrar en el dinamismo de aprender de ti. Pasar de ver lo imposible imposible (que tanta gente coma sin alimento y quede satisfecha) a ofrecerte lo que tengo, los siete panes, los cinco peces, a escuchar tu acción de gracias y tu bendición, a servir en tu nombre. Desprenderme, servir, para que la muchedumbre que busca quede saciada. Y continuar el viaje contigo.

12 de febrero
Viernes V
Mc 7, 31-33  Jesús mirando al cielo dijo: Effeta

Mirar al cielo antes de realizar lo que sea. Ponerte en contacto con Dios. Ponerte en sus manos. Ofrecerle tu acción. Saberte actuando en su nombre. Con amor, con humildad, con sencillez. Sin buscar sino la gloria del Padre. Así actúas  hoy en el evangelio, antes de realizar un milagro. Así, en ti, quiero actuar yo, en el milagro que se desarrolla en mi vida cotidiana. Tú estás. Que te mire.

11 de febrero
Nuestra Señora de Lourdes

Salmo 105 Acuérdate de mí, Señor

Digo estas palabras del salmo en nombre de todos los enfermos que no pueden decirla: en nombre de los que están en un estado terminal, vegetativo, agonizante. En nombre de los que están enfermos y no saben, no pueden o no quieren dirigirse a ti. En nombre de los enfermos mentales. En nombre de los drogadictos que son despojados de su dignidad de personas por su enfermedad. Acuérdate de ellos, Señor, y hazme cercano a ellos. Con la cercanía que tiene siempre  María, de pié junto a la cruz.

10 de febrero
Miércoles V
Mc 7, 14-23 Escuchad todos

Ayer te pedía que escuchases mi oración. Hoy eres tú el que pides que escuche, que escuchemos, tu palabra. Al igual que Moisés pide al pueblo que escuche: el Señor es el único Señor. Ama al señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas. Escuchar: ponerme en actitud atenta hacia Ti, dispuesto a que tu palabra fecunde mi vida. A obedecerla. Como hizo María.

9 de febrero
Martes V
1 R 8, 22-23.27-30 Escucha

Salomón te invoca junto al altar del templo que te acaba de  construir. Y en un breve fragmento te pide cuatro veces: “escucha el clamor y la oración de tu siervo” “Escucha la oración que tu siervo te dirige” “Escucha la súplica de tu siervo y de tu pueblo” “Escucha tú, desde tu morada del cielo, y perdona”. Insistencia. Perseverancia. Oración que se hace letanía: escucha, Señor. Escucha mi oración.