16 de octubre
Jueves XXVIII
Salmo 129 Mi alma espera en el señor, espera en su palabra
Cambio la tercera persona del salmo, más impersonal, aunque inclusivo porque abre la oración a todos sin excepción, para decirte: mi alma espera en Ti, Señor, mi alma espera en tu palabra; mi alma te aguarda, Señor, más que el centinela a la aurora. Y mientras te deseo, y te aguardo, me dejo mecer por el misterio de tu presencia silenciosa en mi vida.