22 de marzo
Jueves IV semana
Jn 5, 31-47 Si doy testimonio de mi, mi testimonio no es válido
Dar testimonio de ti, Señor, eso es lo que te pido. No ponerme por delante de ti, controlar mi ego, disolverlo en la dinámica de tu buena noticia, del perder la vida para salvarla. Dejar que tú crezcas y que yo disminuya. Señalarte, mostrarte, transparentarte. Que de testimonio vital de ti, Señor.

Yo te pido Señor, claridad para verte, luz para ser signo visible de tú presencia en mi.
Tener más momentos de encuentros personales, ser muy humilde, saber escuchar, para dar fiel testimonio de tú Vida en mi.
¿Cómo ser testigos de lo inalcanzable, cómo de lo inasible?
Te toco y te diluyes
Te siento y me disuelvo
Tan real y tan lejano, tan cercano que me pierdo
Dulce rostro imborrable oculto tras una cortina de tiempo