26 de febrero
I domingo de cuaresma
Gn 2, 7-9; 3, 1-7 Insufló en su nariz un aliento de vida; y se convirtió en un ser vivo
Y esta es tu gloria, que la persona viva. Que prevalezca la vida sobre la muerte. Y a eso me llamas: al cuidado de la vida, de cualquier vida, especialmente de la más indefensa, pobre, necesitada. Seguir dando alientos de vida a quien lo necesite. En tu nombre. Para tu gloria.