6 de octubre
San Bruno
Lc 11, 1-4 Señor, enséñanos a orar
Es la petición constante de un corazón enamorado, que quiere participar aún más de tu intimidad sabrosa, del gozo silencioso e inexplicable de tu ser abierto para mi. Señor, enséñame a orar, de corazón a corazón, sin palabras, sin necesidad de consuelos, en silencio, entregado sin reservas, con tus propias palabras, en ti, dirigiéndome al Padre.

¡¡Sigo pidiéndote Señor, que me enseñes a ORAR!!
Orar en el silencio, en la felicidad, en los avatares de la vida, al contemplarte en la naturaleza, pero sobre todo te ruego, que hagas mi corazón sensible ante mis hermanos que sufre, en ellos siempre estás tú.
Gracias Luis, por la meditación.
Señor, enseñame a orar, enseñame a buscarte en mi interior, a dirigirme a ti, a hablarte y escucharte, a dejarme acariciar, a descubirte en mi silencio, a dirigirme a ti como Padre.
Enseñame Señor a orar, a ponerme en tu presencia, a abandonarme en tus brazos, a conocerte y tratarte. Enseñame Señor a aceptar tu voluntad, a perdonar al que me ofende tal y como tu me perdonas, a trabajar y luchar por el pan de cada día y, enseñame Señor a apartarme del mal para solo seguir tu camino.