Fecundos

7 de febrero
Martes V

Gn 1, 20-2, 4ª Sed fecundos

“Sed fecundos. En el amor. Llenad la tierra de amor. De mi presencia. De mi vida. Del don que os doy. Amaos unos a otros, sin reservas. Que brote desde vuestro interior una civilización del amor.” Esto escucho que nos has dicho desde el inicio de la creación, Señor. Plenitud en el amor consumado.

Luz

6 de febrero
Lunes V

Gn 1, 1-9 Exista la luz

La luz. Tu luz. Tu claridad. La luz que vence la oscuridad, que cierra la noche y abre el día. La luz de tu resurrección, tu luz resucitada. Caminemos a la luz del Señor, amemos como él amó, hasta el extremo. Seamos luz en nuestra sociedad, desde el amor y la misericordia.

tu carne

5 de febrero
V domingo ordinario

Is 58, 7-10 No te cierres a tu propia carne

La carne de la humanidad. El cuerpo de la humanidad. La hambrienta, el sediento, el desnudo, la enferma, la prisionera, el refugiado, la víctima de abusos…la persona que está sola y desamparada, marginada, explotada o deprimida. Mi cuerpo. Tu cuerpo, Señor. Ayúdame a no desentenderme de mi propia carne. Que es la tuya. Para la salvación del mundo.

A solas

4 de febrero
Sábado IV semana

Mc 6, 30-34 Venid vosotros a un lugar a solas…

A descansar contigo, a solas. Me conduces hacia fuentes tranquilas y reparas mis fuerzas. En verdes praderas me haces recostar. Contigo en el misterio de tu amor.

Hospitalidad

3 de febrero
Viernes IV semana

Hb 13, 1-8 No olvidéis la hospitalidad

Pues tú estás en el huésped. Y cuando recibimos a alguien que llama a nuestra puerta, sea quien sea, y de la condición que sea, te estamos recibiendo a ti. Ayúdame, Señor, a acabar con los límites y las fronteras que pongo a mi alrededor para evitar que el huésped, que viene en tu nombre, se aproxime hasta mi.

Presentación

2 de febrero
Presentación de Jesús en el Templo

Lc 2, 22-40 Porque mis ojos han visto a tu Salvador

Mis ojos han visto, y ven tu luz. Mis ojos reciben la claridad de tu salvación En mis manos pones tu cuerpo, pequeño, presentado, que es tu gloria hecha carne. Ahí te recibo, y me consagro a ti. En tus manos estoy, Señor, lo se y te lo digo en esta jornada mundial de la vida religiosa. Gracias por llamarme, gracia por sostenerme, gracias por tu fidelidad.

Fortaleced

1 de febrero
Miércoles IV semana

Hb 12, 4-7. 11-15 Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes…

Una vocación, la de sostener a los que están debilitados y vacilantes….una vocación que realizo desde mi propia debilidad, desde mi propia vacilación. Fortalecido por ti puedo fortalecer a quien lo necesita. Consuelo con el consuelo con que tú me consuelas. Y así la cadena de tu amor, inalterable, recorre la historia de la fragilidad humana

Fijos los ojos

31 de enero
Martes IV semana

Hb 12, 1-4 Fijos los ojos en el que inicia y completa nuestra fe

Fijos los ojos en ti, solo en ti, solo para ti. Que en ti lo espere todo, lo encuentre todo, y sepa preferirte sobre todas las cosas. Y corra la carrera que me toca, renunciando a todo lo que no seas tú, a todo lo que me estorba ( y son tantas cosas) para ser verdaderamente tuyo.

Preparado

30 de enero
Lunes IV semana

Hb 11, 32-40 Dios tenía preparado algo mejor a favor nuestro

Confío en tu providencia, en la historia de salvación que acontece en mi vida, en la libertad con que me dejas caminar, sabiendo que tú caminas conmigo. Me tienes preparado lo mejor, cuando me rindo a tu amor y sin mayor excusa te sigo.

Bienaventurados

29 de enero
IV domingo

Mt 5, 1-11 Bienaventurados

A eso me llamas, Señor. A ser feliz contigo. En cualquier circunstancia de la vida. En todo momento, en toda condición. Pobre de espíritu, misericordioso, llorando, limpio de corazón, con un corazón semejante al tuyo, lleno de amor, trabajando por la paz, perseguido por causa de la justicia, viviendo tu palabra, haciendo carne y hechos de vida, en mi vida, tu sermón de la montaña. Bienaventurado. Feliz.