Presbíteros

8 de mayo
Martes V de Pascua

Hch 14, 19-28 En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban y ayunaban

Desde el principio las comunidades cristianas elegían presbíteros, tras un discernimiento, oraban y ayunaban para designarles y luego les enviaban a desempeñar sus misión evangelizadora, en nombre de la comunidad. Y hoy, veinte siglos después, la comunidad eclesial sigue designando presbíteros a su servicio.

Orar por ellos, ayunar por ellos, y contribuir con nuestra presencia en la Iglesia, desde los ministerios a los que somos también llamados.

Dioses falsos

7 de mayo
Lunes V de Pascua

Hech 14, 5-18 Os predicamos el evangelio para que dejéis los dioses falsos

Dioses falsos: ¿cuáles son los míos, Señor? ¿Cuáles son los dioses que me apartan de ti? Escuchar tu evangelio es un criterio de discernimiento para saber dónde me sitúo ante las prioridades de mi vida, qué lugar ocupas tú, qué lugar ocupan otros dioses: el mayor de todos, el propio dios en que me constituyo, porque quiero ser como dios. Y ahí, desde el principio de la humanidad, está la clave de nuestro pecado. Y así nos pasamos la vida, adorando dioses falsos, que no sustentan nuestra vida.

Cielos nuevos

6 de mayo
Domingo V de Pascua

Ap 21, 1-5 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva

Ver la novedad de tu presencia en medio de nuestra vida, en la realidad cotidiana. Ver el cielo nuevo y la tierra nueva, en germen, ya, ahora mismo, hoy. Contemplar que has puesto entre nosotros tu morada, que has acampado entre nosotros, que te has hecho carne desde la carne de María. Tu presencia destruye las muertes de nuestra vida. Tu presencia, Señor, vivifica y abre: a la novedad del cielo y de la tierra, que en ti se hacen nuevas cada día.

 

 

Lumen Gentium

5 de mayo
Sábado IV de Pascua

Hechos 13, 44-52 Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación al confín de la tierra

Tú me llamas, Señor. Me das una misión. Ser luz. Llevar la salvación. Llevar tu evangelio. Ser testigo tuyo. Proclamar la grandeza de tu amor. Como luz.  En este momento, Señor, quiero participar de la luz que tu me das, para iluminar los confines desde tu propia claridad.
Ser luz, Señor, porque tú eres la luz del mundo. Se tú amanecer en mi vida para que pueda transmitir tu sol.

Temblor

4 de mayo
Viernes IV de Pascua

Jn 14, 1-6 No tiemble vuestro corazón: creed en Dios creed también en mí

¿Creer en Dios, creer en ti es lo que hace que no tiemble nuestra corazón? Tú eres, Señor, garante, seguridad, fortaleza de nuestro corazón. Tú eres, Señor. Y reconocer tu ser Salvador, da garantía, seguridad y fortaleza a mi corazón. Creed en Dios es creer en ti, Hijo de Dios hecho Hijo de María para nuestra salvación.

Transmitir

3 de mayo
San Felipe y Santiago
1 Co 15, 1-8 Porque lo primero que yo transmití, tal como lo había recibido, fue esto

Que Cristo murió por nuestros pecados, según las escrituras, que fue sepultado y que resucitó según las Escrituras.

Esta es la Tradición de la Iglesia, que nos ha ido llegado ininterrumpidamente, desde los primeros momentos de nuestra fe, recién vivida la resurrección de Jesús. Esta es la fe de la Iglesia, que recibimos en el bautismo, y que nos gloriamos de profesar, según se dice en el bautismo. Esta es el depósito de nuestra fe: Jesús es Salvador. Y tenemos que transmitirlo.

Propagarse

2 de mayo
Miércoles IV de Pascua

 Hech 12, 24 En aquellos días la palabra de Dios cundía y se propagaba

En aquellos días, y en nuestros días. En el pasado, en el presente y, según la promesa, en el futuro. Tu palabra, Señor, nos acompaña y permanece con nosotros. Por la fuerza de tu espíritu, y a través nuestra mediación, tan simple y tan pobre a veces, tan limitada y tan incoherente. Tu Palabra, Señor, se propaga, por la fuerza de tu gloria. Tu palabra se extiende, y llega a los corazones de tus fieles, infundiendo el fuego de tu amor.

Tu Palabra se hizo carne en el seno de María.

El hijo

1 de mayo
Martes IV de Pascua

Mt 13, 54-58 ¿ No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María?

Jesús, el hijo del carpintero,  es la fiesta con la que comienza hoy el mes de mayo. El mes de María, la madre de Jesús. Nuestro salvador en el seno de una familia, que le llena de humanidad, de la humanidad con la que ha descendido del seno mismo de Dios. Jesús, Dios y hombre verdadero, hijo de Dios, hijo de María y de José. Tan normal que sus propios contemporáneos se extrañaban que de una familia tan normal salga semejante autoridad.

La puerta

30 de abril
Lunes IV de Pascua

Jn 10, 1-10 Yo soy la puerta y quien entra por mi se salvará

Quiero entrar por ti, Señor, entrar y quedarme, permanecer en ti, donde está todo el mundo entrañado. Entrar por la puerta de tu corazón, de tu costado abierto, donde nace la Iglesia para darse al mundo. Entrar por tu puerta para entrar en la dinámica de la salvación que nos regalas. Estar en ti para darme y que el caudal de tu salvación alcance a nuestra sociedad, y se haga presente en nuestro mundo.

Mis ovejas

29 de abril
IV domingo de Pascua

 Juan 10, 20-30 Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco, y ellas me siguen

Escuchar tu Palabra, Señor; tener la predisposición de estar atento a ella, de obedecerla. Escuchar tu voz crea una relación especial entre nosotros y nuestro pastor; te reconocemos, sabemos interpretar lo que nos quieres decir, hacia dónde nos quieres llevar. Confiamos en ti, porque de ti depende nuestra vida, nuestro alimento.. nuestra seguridad… nos sabemos conocidos por ti, y por eso te seguimos.