Mantiene la paz

4 de diciembre
Jueves I de adviento
Is 25, 1-6 Su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti

Cuánta verdad, Señor, por boca del profeta. Se de quien me he fiado, por eso no temo. Se quien es mi redentor y salvador. Se quien es el sustento de mi vida, su principio y fundamento. Tú me asientas y me construyes. Tú me regalas el don de la propia confianza, que me abre a otra dimensión, más allá en el más acá, más acá en el más allá. Si el Señor está conmigo, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?

Sin muerte para siempre

3 de diciembre
Miércoles I adviento
Is 25, 6-10 Aniquilará la muerte para siempre

Es el fruto de tu promesa, Señor, darnos la vida sin fin, ofrecernos la salvación, la dicha y el gozo de contemplar tu rostro, sin reservas. Devolvernos a nuestro ser original. Regalarnos un puesto en  el banquete de tu Reino. Enjugar las lágrimas de nuestros ojos, que no aciertan a ver, y abrirnos a la luz de tu verdad. Sin muerte, sin llanto, sin dolor. Haciéndonos instrumentos y don tuyo en este mundo que sufre. Anunciando la plenitud que nos ofreces, ya sí pero todavía no.

Isaías once

2 de diciembre
Martes I adviento
Is 11, 1-10 El novillo y el león pacerán juntos, un muchacho pequeño los pastorea

Una nueva creación del universo, de nuestra tierra, de nuestra sociedad, desde tu presencia mesiánica. Dejando que tú, Señor, niño pequeño que esperas venir, nos pastorees, imprimas tu espíritu de prudencia y sabiduría, de consejo y valentía, de ciencia y de paz en medio de nuestras idas y venidas, de nuestros quehaceres, planificaciones, proyectos, organizaciones. Si tú estás, Señor, todo está lleno de ti. ¡No tardes en venir!.

Lumen Dei

1 de diciembre
Lunes I adviento

Is 2, 1-5  Ven, caminemos a la luz del Señor

Me llamas, me invitas, me sugieres, me animas, me pides…¡ven, caminemos a la luz del Señor! Sal de tus inercias, de tus inmovilidades, de tus parálisis, de tus miedos, de la pasividad y comienza a caminar. ¡Ven! Ven conmigo, con nosotros, con la comunidad que se mueve siguiendo al Señor, esperando de El la salvación, recibiendo de El la luz que siembra claridades en al vida. ¡Ven, caminemos a la luz del Señor!

Adviento

I Domingo de Adviento
30 de noviembre
Is 63, 16.17.19; 64, 2-7 …que hiciera tanto por el que espera en él.
Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que  hiciera tanto por el que espera en él. Con esta frase, Señor, me ayudas a entrar este año en el adviento. Te espero, te ansío, te anhelo. Y se que haces mucho por mi, incrementando mi deseo de salvación, ayudándome a preparar tu venida. Este tiempo de espera me abre a Ti, y tu me enriqueces para hacerme don en el momento de tu venida. ¡Ven, Señor Jesús!

 

 

Tened cuidado

29 de noviembre
Sábado XXXV

Lc 21, 34-36 Tened cuidado…

Por segunda vez, Señor, nos llamas a la vigilancia y al cuidado de nuestra vida, para que caminemos a la luz de tu presencia, para que no nos alejemos de ti. Tened cuidado, no se os embote la mente. Se embota la mente con tanta publicidad, con tanto ruido, con tanta interferencia, con tanta información no digerida y manipulada, con tanta imagen que falsea la realidad y la deforma, con tanto modelo inalcanzable, nuevos dioses del poder, del dinero, del prestigio…Se embota la mente, Señor, y se agobia la vida. Tened cuidado, nos dices. Gracias.

La higuera

28 de noviembre
Viernes XXXIV

Lc 21, 29-33 Fijaos en la higuera…

Abrid los ojos; contemplad; mirad la realidad en su realidad, no a través de vuestros juicios, de vuestras comprensiones, de vuestros deseos, de vuestra interpretación…Mirad la higuera, mirad la tierra, mirad el cielo, mirad la mar. Mirad las personas que tengáis cerca. Mirad el ser. Mirad para sabed que está cerca el Reino de Dios. Que viene, que ya está.

Mundo enloquecido

27 de noviembre
Jueves XXXIV

Lc 21, 20-28 En la tierra angustia de las gentes, enloquecidas

Son signos de tu venida. De una venida que se está realizando en medio de la historia. De una venida que es continua, que nos ofreces en cada época, en cada lugar. La posibilidad de comprender sin comprender, desde una fe que no explica pero que llena de sentido. Solo así alcanzo a vislumbrar este evangelio de desolación, signo de la liberación que ya ofreces. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación.

Dar testimonio

26 de noviembre
Miércoles XXXIV
Lc 21, 12-19 Así tendréis ocasión de dar testimonio

Así animas, Señor, a los que están en una situación de persecución por su fe, a los que persiguen por causa de la justicia, por causa tuya: así tendréis ocasión de dar testimonio. Me doy cuenta, sin embargo, que también estamos llamados cada uno de nosotros a dar testimonio,  en medio de un mundo que te rechaza, que te ignora, que te brinda la indiferencia. En nuestro mundo, en nuestra sociedad, sin ser perseguidos, al ser ignorados, tenemos la posibilidad de dar testimonio de Ti.

El engaño

25 de noviembre
Martes XXXIV

Lc 21, 5-11 Cuidado con que nadie os engañe.

Tienes razón, Señor, al advertirnos. Cuidado. El engaño está presente en nuestra sociedad que nos ofrece la felicidad en banalidades, en superficialidades, en el consumo, en ideologías que atentan contra la vida, contra el ser en plenitud. Engaños disfrazados, engaños larvados, engaños bajo apariencia de bien. Te pido que no me dejes caer en la tentación del engaño. Pero con más fuerza te pido que no me dejes engañarme a mi mismo. Que camine a la luz de tu verdad.