Dime una palabra

10 de octubre
Jueves XXVII

Lc 11, 5-13 Suponed que alguno de vosotros tengo un amigo

Y aprovecho el inicio de este evangelio para poner en tus manos, Señor, a mis amigas y amigos, tan queridas, tan entrañados. Compartimos vida, sus afectos, sus historias comunes…compartimos tu bendición, que te pido en este momento, para ellos, para mi. Sigue regalándonos el don de la amistad.

9 de octubre
Miércoles XXVII

Lc 11, 1-4 Señor, enséñanos a orar

Es lo que te pido en el día de hoy. Enséñame a orar desde tu espíritu y en verdad, con todo mi ser ofrecido, en silencio, sin palabras huecas o desencarnadas. Enséñame a orar en todo momento, con todos los poros de mi cuerpo, con todo en ánimo de mi vida.

8 de octubre
Martes XXVII

Lc 10, 38-42 Andas inquieta y preocupada por muchas coas, solo una es la necesaria

Ese ir y venir desenfrenado, ese no parar, esa inquietud, esa preocupación, por muy santa que digamos que es, por muy pastoral que la tiñamos, no deja de ser una manifestación de que el centro no le ponemos donde debe estar, en ti. Actuando frenéticamente, como galeotes voluntarios, rechazamos la mejor parte, y mantendremos el vacío sin colmar.

7 de octubre
Lunes XXVII

Lc 10, 25-37 Anda y haz tú lo mismo

Anda, me dices, no te quedes quieto, muévete para practicar la misericordia con tu prójimo, para compadecerte, vendar las heridas, llevar al necesitado hasta un lugar donde pueda ser atendido, cuidar de él, no desentenderte del prójimo, que es tu propia carne. Es lo que me pides, que como tú sea buen samaritano.

6 de octubre
Domingo XXVII

Salmo 127 Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida

En la cárcel hay muchos presos que me pidan les bendiga en tu nombre. Bendiciones para ellos, para sus hijos, para sus familias, para el rosario que les acabo de entregar. Les digo que tú nos bendices cada día, que eres un Dios de amor, de salvación, que les acoges como acoges a los niños, a los que tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.

5 de octubre

Témpora de petición y acción de gracias

Mt 7, 7-11 Pedid y se os dará

Día para recordar tus beneficios, para darte gracias, para pedirte perdón. Para pedirte. Te doy gracias por todos tus beneficios, por el don de la vida, porque todo lo que tengo procede de ti. Te pido perdón por no tener un corazón que rebose agradecimiento. Y te pido, Señor, que me tengas en tus manos. Haz de mi lo que quieras. Sea lo que sea, te doy las gracias.

4 de octubre

San Francisco de Asís

Mt 11, 25-30 Te doy gracias

Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Así te ha parecido mejor, padre. Esta es la permanente acción de gracias en la que vivió francisco, el hermano universal. Es la acción de gracias desde el desprendimiento total de lo que nos eres tú, desde el abrazo a la pobreza, y al pobre. Ayúdanos, Señor.

3 de octubre

Jueves XXVI

Job 19, 21-27  Veré a Dios; yo mismo veré a Dios; yo mismo lo veré, y no otro

Es la confianza de Job, en medio de sus tribulaciones, está hablando de que te verá después de que le arranquen la piel. Confianza, esperanza, acto de fe: yo mismo te veré, cara a cara. Porque al contemplarte como tú eres, Dios nuestros, nosotros seremos semejantes a ti y cantaremos tus alabanzas.

2 de octubre

Santos ángeles custodios

Ex 23, 20-23 Voy a enviarte un ángel, para que te guarde en tus caminos

Rezo hoy la oración que rezaba en mi infancia, sin saber que tú habías puesto un ángel para que me guarde en mis caminos, y no me aleje de ti. “Ángel de la guarda, dulce compañía, no me dejes solo, ni de noche ni de día, no me dejes solo, que me perdería”. Tú eres mi dulce compañía, Jesús amado, y al amparo de tus alas me tienes protegido.

1 de octubre

Santa Teresa del Niño Jesús

Job 3, 1-3.11-17.20-23 Ansían la muerte que no llega y la buscan más escondida que un tesoro.

Pongo en tu mano, Señor, a todas las personas que están agotadas de vivir, que prefieron morir, que no tienen fuerzas, ni ganas, ni esperanza…para las que la vida se les convierte en una carga insoportable. Pongo en tus manos, Señor, a todos los suicidas, a todos los que no intentan, a todos los que en su desesperación y enfermedad mental no son capaces de mantener el don de la vida que nos das. Por ellos, y sus familias, te ruego, Señor de la vida y del amor.