Eterno sacerdote

12 de junio

Jesucristo sumo y eterno sacerdote

Jn 17, 14-26  tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.

Mediador, pontífice, sacerdote eterno, tú, Jesús, señor de la vida, nos introduces en el amor, en la verdad, en la belleza, en la unidad de la Trinidad. En ti hacemos morada en Dios. Gracias por el don que nos das.

El precepto

11 de junio

Miércoles X

Mt 5, 17-19 El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.

La importancia de los preceptos se rige por que nos demos cuenta de que los preceptos solo son importantes en la medida que manifiestan la respuesta a tu amor, que todo lo puede, que todo lo transforma, que todo lo trastoca en nuestra vida. Conviértenos, Señor, a la ley de tu amor.

Lámpara encendida

10 de junio
Martes X

Mt 5, 13-16 No se enciende una lámpara para ponerla debajo del celemín….

…sino para ponerla en lo alto y que alumbre a toda la casa. Tú enciendes mi mecha, Señor me haces lámpara encendida. Así he titulado mi último libro, que presentaba en la feria del libro de Madrid hace unos días. Es un diario en el que te cuento lo que vivo, en tu presencia iluminada. Gracias, Señor, por el don que me das, por poder compartir tu luz con los demás.

La madre de todos los vivientes

9 de junio

Lunes X

Gn 3, 9-15.20 Llamó a la mujer Eva,  por ser la madre de todos los que viven

Nos das a tu madre, la mujer, en la cruz, como nos lo recuerda el evangelio de hoy, y también nos recuerdas que la mujer es la madre de todos los que viven. La mujer y la vida; la mujer y  la fecundidad. La mujer, tan olvidada, tan abusada, tan en los márgenes. La mujer en la desigualdad que proviene de los hombres. Transforma tú, Señor, nuestras mentes, transforma nuestra sociedad.

Pentecostés

8 de junio
Pentecostés

Jn 10, 19-23 Recibid el Espíritu Santo

Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo, padre amoroso del pobre, y hay tantos en nuestro mundo, que necesitan vayamos hasta ellos en nombre de Dios, y hagamos para que su vida salga del descarte, de los márgenes, de la invisibilidad, don en tus dones espléndido, seamos nosotros don de Dios para ellos, luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo, consolemos a los demás con el consuelo con el que Dios nos consuela.

Violento

7 de junio
sábado VII de pascua

Salmo 10 Al que ama la violencia él lo odia

Tendrá su explicación, Señor, en el lenguaje que empleamos para hablar de ti, pero me cuesta pensar que tú odias a alguien, incluso a los que aman la violencia, que en nuestros días son cada vez más. Tú no odias, tú siempre amas y acoges. El que ama la violencia, el que difama a su prójimo, el que insulta, el que no da la mano a su enemigo, el que busca camorra, el que tiene en su corazón el desencuentro, la trifulca, la riña, se separa de ti. Seguro que estás esperando que vuelva a su ser, en tu amor.

Verdad

4 de junio
Miércoles VII de pascua

Jn 17, 11b-19 tu palabra es verdad

Tu Palabra es la verdad. Sacias mi sed, cada día, en la fuente de tu verdad. Gracias, Señor. Y me alimentas, cada día, con el pan de tu verdad. Gracias, Señor. Y llegas hasta mi para que tu verdad me haga libre. Gracias, Señor.

Vida eterna

3 de junio
Martes VII de pascua

Jn 17, 1-11 Esta es la vida eterna

Tú nos lo has dicho. Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. La vida eterna que ya recibimos hoy, en este momento. La vida eterna que nos ofreces en esta vida terrena y caduca. Ir más allá en ti, conocerte, amarte y servirte. Gracias por tu don.

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Tu paz

2 de junio
Lunes VII de pascua

Jn 16, 29-33 Os he dicho esto para que encontréis paz en mi

La paz, que nos dejas, que nos das. La paz de poner la confianza en ti. Si tú estás conmigo, y lo estás, ¿qué me puede separar de ti? La paz interior, la paz que trasciende toda guerra, la paz de quien no busca nada más que a ti, y la llegada de tu Reino. Paz en ti, nada más, ni nada menos.

Ascensión

1 de junio
La Ascensión de Jesús

Ef 1, 17-23 ilumine los ojos de vuestro corazón
Ilumina, Señor, los ojos de nuestro corazón para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llamas, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder en favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de tu fuerza poderosa, que desplegaste en Cristo, resucitándolo de entre los muertos.