LA herida

3 de diciembre
Sábado I de adviento

Is 30, 23-26 Cuando el Señor vende la herida de su pueblo

Y ahí estás tú, señor, derramando el bálsamo de tu misericordia entrañable en las heridas de nuestro amor. Ahí estás tú, Señor, curando nuestras heridas. Ahí estás tú, Señor, que vienes para sanarme, para sanarme. Vendando la herida de tu pueblo, su sufrimiento, su dolor, tan real, hoy.

vuestra fe

2 de diciembre
Viernes I de adviento

Mt 9, 27-31 Que suceda según vuestra fe

Pues por eso, Señor, aumenta mi fe. En esta primera semana de adviento me has pedido claramente vivir de la fe….para esperarte, para acogerte, para que me encuentres donde estoy….

confía en ti

1 de diciembre
Jueves I de adviento

Is 26, 1-6 mantiene la paz, porque confía en ti

Cuando me asiento en ti, cuando en ti pongo la confianza, cuando me abro a tu presencia en mi vida, cuando creo que tu providencia todo lo llena en mi vida, entonces, y solo entonces, puedo abrirme a una corriente de paz…que me serena, me abre a tu gracia, aleja mis miesdos y tristezas, mis dolores y penas…Confianza en ti. Dámela tu, Señor.

Fe del corazón

30 de noviembre
San Andrés

Rm 10, 9-18 Por la fe del corazón

Ahí estás tú, en el corazón. Haciendo vida en mí. Aumentando mi fe vitalmente, dándome todo lo que necesito para vivir viviéndote. Fe que se hace vida, fe encarnada, fe regalada. Por ti. Por la fe del corazón llegamos a la justificación…don tuyo. Dame esa de corazón, para poder dar testimonio de ti.

Utopia creadora

29 de noviembre
Martes I de adviento

Is 11, 1-10 El niño de pecho retoza junto al escondrijo de la serpiente

Es la utopía creadora, la imagen del paraíso ya en esta tierra, tú Señor, en medio de nosotros, armonía de la creación, paz natural. Ya no es la tierra que devastamos, que contaminamos, que herimos. Ya no es la tierra sin tierra, ya no hay violencia ni ira, ya no hay nada de nada que cree división y dolor. Todo ha salido de tu mano, y es bueno.

Tu gloria

28 de noviembre
Lunes I de adviento

Is 4, 2-6 La gloria será sombra en la canícula, refugio y abrigo

Tu gloria, que viene a habitar entre nosotros. Tú le dices ve, y viene para iluminar a los que vivimos en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Tu gloria que me envuelve y ampara, me protege y fortalece. Tu gloria, Señor, que viene a mi, para incorporarme al latido de tu amor por la humanidad. Por los más desfavorecidos. Por la carne pobre donde tu gloria se hace hombre.

Adviento

27 de noviembre
I domingo de adviento

Is 2, 1-5 Caminemos a la luz del Señor

Es el deseo que me mueve hacia ti, en este adviento. Caminar hacia tu luz. Revestirme de tu luz. Salir de mis oscuridades. Me sacas tú de ellas. Me conduces hasta tu monte santo, hasta tu morada. Cueva de luz esmerilada. Peña preñada con la claridad de tu verdad. Resplandece en este tiempo de espera. ¡Ven, Señor Jesús!

su rostro

26 de noviembre
Sábado XXXIV

Ap 22, 1-7 Y verán su rostro, y su nombre estará sobre su frente

Porque al contemplarte como tú eres, Dios nuestro, seremos para siempre semejantes a ti y cantaremos eternamente tus alabanzas….Y no habrá más noche, y no tendremos más necesidad de luz de lámpara ni de sol, porque tú nos iluminarás, y tu reino entrará por todos los poros de nuestro ser, y de la historia. Y ahí estamos, porque somos tuyos…no nos escondas tu rostro.

libro de la vida

25 de noviembre
Viernes XXXIV

Ap 20, 1-4.11-20 Se abrió otro libro, el de la vida

Y la vida comenzó a desbordarse en las páginas que escribes en mi historia. Porque tu gracia es la tinta que vertebra todo lo que soy en ti.

alzad la cabeza

24 de noviembre
Jueves XXXIV

Lc 21, 20-28 Levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación

Ayúdame, Señor, a salir de mis postraciones, de mis abatimientos, de todos los laberintos de la mente que me impiden alzarme para servirte en los más necesitados, en aquellos que muestran la fuerza de tu liberación. Levántame, Señor, incorpórame para servirte. Y así entraré en la liberación con que me liberas.