27 de octubre
Sábado XXIX
Ef 4, 7-16 Hagamos crecer todas las cosas hacia El
Que yo disminuya para que tú crezcas y seas lo que nos ofreces: todo en todo. Que desaparezca en el silencio de la tierra, donde tú eres bello hasta cansar mi corazón, Dios mío.

En tus pupilas he visto reflejada la profundidad del mar
y en tus andares el ritmo cadencioso de la vida
Tus manos prolongaron las suyas
y tu silencio me habituó a escuchar al que nadie escucha
Nuestra alma corre al encuentro de quien nos ama
Nuestra vida se teje encarnando tu palabra