
18 de julio
Miércoles XV
11, 25-27 Te doy gracias, Señor de cielo y tierra
Solo te pido tener un corazón agradecido, saber reconocer tu mano providente, ser capaz de darte gracias. Te pido que sea siempre agradecido con quien me rodea, reciba lo que reciba de ellos. En todo y por todo, darte gracias.
Todos los días, lo primero al despertarme, doy gracias al Padre por todo lo que de Él recibo, todo lo que me da aún sin merecerlo, porque todo lo que de Él viene todo es bueno, todo es para mi bien aunque yo no llegue a entenderlo. «En todo y por todo darte gracias».
Que pueda, Señor, ser capaz de agradecerte y agradecer al que me rodea, que sepa responder con una sonrisa a las sonrisas, y responder igualmente así a las zancadillas. Solo así podré dormir tranquila
Gracias por la vida y la muerte
el cielo y el infierno
el día y la noche
Porque sólo en la pérdida reconozco la ganancia
sólo en la noche busco tu presencia
sólo en el infierno soy consciente de mi debilidad