4 de octubre
San Francisco de Asís
Gálatas 6, 14-18 Dios me libre
Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.
Esto lo vivió de verdad tu amado Francisco, que llevó en su cuerpo tus marcas, Señor. Francisco, ve y repara mi Iglesia. Que tu paz y tu misericordia venga sobre nosotros.

San Francisco supo escuchar al Señor.
Hoy le pido a Dios la gracia de hacer siempre su voluntad, colaborando en lo que me pida.
Hace años mi hijo pequeño, angustiado ante la muerte de su abuelo y su prima me preguntó: «mama ¿cómo puedo saber que están bien?». Le expliqué como pude las señales a las que debía estar atento y lleno de entusiasmo me dijo: «¡gracias mamá por decírmelo, no sabía que estaban tan cerca!». Su simplicidad para acoger el Misterio me sobrecogió. Tres años después de aquello mi hijo sigue viendo con el corazón.