18 de abril
Miércoles II de Pascua
Jn 3, 16-21 Tanto amó Dios al mundo
Contemplarlo todo a la luz de tu amor, de tu donación amorosa, de la entrega total. Contemplar la realidad con la fuerza transformadora de tu amor en Cristo resucitado. Contemplar en esta mañana la verdad de tu amor que quieres que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Tú eres el amor, y la verdad, y la vida. Gracias.

Señor, yo no tengo palabras para agradecerte tu gran Amor.
Me siento amada, acogida y redimida por la gran misericordia de ese Amor.
Amor, incondicional, al que yo deseo con toda mi alma responder¡¡Gracias Señor!!
Soñarte despierta, sentirte dormida, buscarte a oscuras ¿tendremos tiempo suficiente para reencontrarnos? Tiempo sin límites, sin barreras, increado e inmortal. Eternidad compartida desde antes de conocerte.