22 de junio
Viernes XI
Mt 6, 19-23 Atesorad tesoros en el cielo
El tesoro de tu presencia en lo más íntimo del ser, el tesoro de tu amor, te tu misericordia, de tu compasión, de tu cercanía, de tu llamada, de tu plenitud ofrecida, derramada. El tesoro que hace rebosar mi copa, que hace descansar mi carne serena, pues mi nombre ha sido pronunciado sobre ti, Señor y Dios mío. Ese es el tesoro al que aspiro. ¿Por qué soy tan necio y me doy tan poca cuenta?
Dentro de mí están las semillas del bien y del mal. Saber manejar lo que me hace daño y transformarlo para los demás forma parte del tesoro que somos.
El mejor tesoro que nos has dejado Señor, es la Eternidad junto a Ti.
Mi deseo es ir caminando con la mirada en el cielo y con las manos puesta a disposición de mis hermanos (Como me dijo en cierta ocasión un ministro Tuyo ); Vive con la maleta preparada y las manos llenas.