7 de diciembre
Sábado I de adviento
Is 30, 19-21.23-26 Cuando el Señor cuide la herida de su pueblo
Tú Dios bendito, sanador. Tú Señor, bálsamo para la herida del hombre que sufre en el cuerpo, o en su interior, y que no sabe descasar de tanto dolor como sufre, como experimenta, como le afligimos los demás. Las heridas de la humanidad las pongo hoy en tus manos, Señor, en este tiempo de adviento.
Autor: Nano Crespo
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
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